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¿Qué es un antiaging natural?



Por Victòria Baras

Cuidar-se
Venimos utilizando el término antiaging para describir técnicas, herramientas e incluso estilos de vida que nos permiten ajustar nuestra edad biológica con la que realmente sentimos como nuestra, y así entrar en la madurez con vigor e ilusión, Nencontrándonos bien. Lo cierto es que la palabrita en cuestión se ha escapado de las elegantes antesalas de las clínicas de cirugía estética y de las etiquetas de los cosméticos a base de seda y caviar y ha saltando sin ningún miramiento a la tele. Y ya se sabe que cuando algo sale masivamente en los medios de comunicación es que los expertos en marketing le han visto su potencial y rápidamente se populariza convirtiéndose en un fenómeno social.

Comprobamos así que las bebidas ya no persiguen quitar la sed y dejar un agradable sabor, sino que además adelgazan o están llenas de antioxidantes; la avena y la soja se han hecho un lugar en las estanterías del supermercado de la esquina y ya no es preciso ir a una tienda de dietética para encontrar yogures confeccionados con sustitutivos de leche de vaca. Alimentos enriquecidos con hierro, con calcio, con omega 3 y margarinas que “alimentan nuestro cerebro” (aunque las grasas hidrogenadas sean nocivas para el colesterol) están a la orden del día. Es la era de los alimentos funcionales, esto es, además de calmar la sed o nutrirnos, cumplen una segunda función: ser antiaging.

La mayoría de las personas que nos interesamos seriamente por el tema del antiaging hemos alcanzado una edad en que estamos dispuestas a llegar a un compromiso con nosotras mismas y seguir un programa pautado en lugar de picotear aquí y allá información más o menos rigurosa, hombres y mujeres que hemos superado los cuarenta e incluso el hito de los cincuenta y buscamos una propuesta alternativa para esas molestias que han aparecido como de repente, sean un kilitos de más, un dolor rebelde en la espalda, unas sombras oscuras en las piernas, o una sensibilidad exacerbada a nivel emocional que dispara nuestros niveles de estrés provocando incluso insomnio en situaciones que antes controlábamos mejor.

Todos estos trastornos –cuando no se trata de enfermedades, claro está– son señales de fatiga de alguna parte de nuestro organismo. La buena noticia es que un buen programa antiaging puede ayudarnos en muchos aspectos: Aumentar la densidad de las fibras de colágeno en cuerpo y rostro, recuperando tersura; reequilibrar el sistema nervioso y los síntomas de estrés, depresión y ansiedad; restaurar el equilibrio sueño-vigilia; devolver la movilidad a las articulaciones inflamadas y dolorosas; regular los niveles hormonales en andropausia y menopausia; potenciar la líbido y el interés sexual; agudizar la memoria
y la concentración; tonificar venas varicosas y la circulación en general; reactivar intestinos perezosos, aligerar digestiones pesadas y flatulencias y un largo etcétera.

Muy frecuentemente asociamos esos trastornos al hecho de envejecer y sin embargo si tomamos conciencia de ello y estamos dispuestos a cuidarnos, podríamos mejorar muchos de estos aspectos.

Un buen programa antiaging facilita información respecto al proceso de envejecer y cómo afecta a los distintos órganos y funciones y sobre todo propone soluciones naturales que estén al alcance de nuestra mano, basadas en una serie de hábitos que nos permitan desintoxicar y regenerar nuestro organismo, comenzando por lo más visible, la piel, hasta lo más íntimo, nuestras emociones.
Iniciamos pues una serie de artículos a través de los cuales podremos seguir un verdadero programa antiaging desde casa cuidando nuestra alimentación, complementándola con suplementos de nutrición ortomolecular de gran penetración celular y óptimo aprovechamiento metabólico y siguiendo unas pautas que recogemos bajo dos epígrafes: los aceleradores del envejecimiento y los pilares de la salud y la longevidad.
Los aceleradores del envejecimiento son las toxinas, los radicales libres, grandes cantidades de azúcar o hidratos de carbono fácilmente convertibles en azúcares, es decir de índice glucémico alto, pues acaban agotando el páncreas y presentando resistencia a la insulina e incluso diabetes tipo II, que deteriora gravemente el colágeno.
Un exceso de proteína animal y de sal común, como la que podemos encontrar en una paperina gigante de palomitas, producen descalcificación ósea, lo cual a nuestra edad es peligrosísimo.
También un pH sanguíneo ácido es un acelerador del envejecimiento de primera magnitud, pues convierte nuestro cuerpo en una vasija donde lentamente se van disolviendo nuestros huesos. Una mala postura que debilite la musculatura paravertebral, el sedentarismo y la obesidad son tres aceleradores del envejecimiento relacionados con nuestra arquitectura corporal y, finalmente, el factor de envejecimiento más importante, el estrés.
Todos estos factores serán tratados en proximos artículos así como sus opuestos, los pilares de la salud y la longevidad, cuyo secreto de momento me reservo…

Mi experiencia clínica diaria como especialista en antiaging me ha demostrado la efectividad de este gran arsenal terapéutico que ahora ponemos a disposición de los lectores de dDONA, así que ¡ve revisando algunas de estas actitudes que tanto influyen en tu bienestar y tu aspecto, pues en el próximo número nos lanzamos a fondo!

VICTÒRIA BARAS
Nutrióloga, autora del libro Antiaging natural.
Miembro profesional de aentoc

HIPERICO


Por Salvador Talon, Miembro profesional de aentoc






HIPÉRICO (Hypericum peforatum L.) por Salvador Talón

Hipericón, pericón, perforata, corazoncillo, hierba de San Juan, San Juanes, hierba de las heridas, hierba militar son algunas de las denominaciones de habla castellana utilizadas popularmente para referirse al Hypericum perforatum L.

Ordinariamente, la voz griega hypericon se hace derivar de hypereikon, y ésta, de hypo, debajo, y ereike, brezo. Pero Boehmer le supone otro origen, y estima que podría haberse originado a partir de hyper, sobre, y eikon, imagen. Es decir, este término vendría a ponderar su gran reputación como planta medicinal, e hyperikon o hypereikon significaría que está por encima de todo lo imaginable; para unos, el nombre hace referencia a la propiedad que se le atribuía de hacer huir a los malos espíritus y las apariciones; para otros, las glándulas de sus pétalos parecen formar imágenes (a este hecho se le dio mucha importancia en la Edad Media, ya que se utilizaba en los exorcismos por su virtud cabalística). El término perforatum se debe a que las glándulas del aceite situadas en sus hojas y sépalos dan a la planta un aspecto perforado, si se observa al trasluz. Hipócrates recomendó el hipérico como remedio refrescante y antiinflamatorio. Dioscórides escribe lo siguiente:

“El Hyperico llamado Androsemo de unos, de otros Corio, y de otros Camepytis, que quiere dezir Pinillo, porque su simiente huele a resina de pino. Es una mata ramosa, roseta, y alta de un palmo, que produze las hojas como la ruda, y la flor amarilla: la qual fregada entre los dedos, resuda un liquor semejante a la sangre, de do vino a llamarse Androsemo que significa sangre humana. Nace el Hyperico en lugares cultivados y asperos. Iene la facultad de mover la orina, y aplicado por abaxo, provoca el menstruo. Bevido con vino, extermina las tercianas, y las quartanas. Su simiente bevida por una cuarentena de dias, cura la sciática: y las hojas con la simiente aplicadas en forma de emplastro, sanan las quemaduras del fuego”.

Laguna, en sus comentarios, dice que “el hipérico es planta muy conocida por toda España, a do suelen llamarla comúnmente corazoncillo, porque hace las hojas a manera de corazones pequeños”.

Precisamente el empleo del hipérico como vulnerario parece que, por lo menos, se acrecentó en los albores del Renacimiento.

En el siglo XVI, Paracelso lo recomienda como remedio de uso externo en el tratamiento del dolor producido por contusiones y en heridas y recomienda: “Su virtud está por encima de cualquier descripción, de tantos beneficios que se pueden obtener con ella. No es posible encontrar en ningún país un remedio más soberano para tratar las heridas”.

La teoría de las signaturas, en la que tanta fe tenía Paracelso, parecía afirmar que sirviera como antihemorrágico en las heridas; el jugo rojizo de sus flores, que tiñe los dedos, era muestra de su benéficos atributos. La tradición popular atribuía al hipérico propiedades mágicas, y se creía que protegía de las tentaciones diabólicas y ahuyentaba a los malos espíritus, e incluso se colgaba de los tejados para prevenir el rayo y los incendios. Para conseguir estas propiedades, debía recogerse en la madrugada del día de San Juan (24 de junio).

En 1727, Diego de Torres, catedrático de la Universidad de Salamanca, en la página 31 de su “Cartilla rústica”, trae una fórmula para la preparación del aceite de esta planta, que difiere de la que se ha dado. Dice así: “Tomaréis del fruto del olmo, que se un licor que se hace dentro de las hinchazones que se hacen en sus hojas, y dando en dicha hinchazón con una punta de tixera sale un licor como de trementina, y con estas flores del corazoncillo y rosas que están para abrir, y puesto todo dentro de un vaso de vidrio con aceite, lo pondréis al sol hasta que esté consumido; después lo colaréis, y lo conservaréis para el uso de ello, para heridas, llagas y golpes”. Como Pío Font Quer matiza en su obra Plantas Medicinales El Dioscórides renovado, los frutos del olmo al que alude Diego de Torres, no son tales, sino aquellas agallas o cecidios de forma redondeada o globulosa que, como consecuencia de la picadura de un insecto afílido, se forman en la cara superior de las hojas de dicho árbol (tetraneura ulmi).

El padre Sebastián kneipp recomendaba el aceite de hipérico en el tratamiento de contusiones, dolores artrósicos, neurálgicos y otros procesos dolorosos. Para ello recomendaba que se dejara macerar flores frescas de hipérico en aceite de oliva.

La actividad de la sumidad de hipérico (constituida por la sumidad florida desecada del hypericum perforatum L.), sobre el sistema nervioso central se atribuye principalmente a tres grupos de constituyentes:

- Naftodiantronas, entre las que destacan speudohipericina e hipericina, que se acumulan sobre todo en las flores. Van acompañadas de sus precursores protohipericina y protopseudohipericina, que por la exposición solar, se transforman en pseudohipericina e hipericina, y de una pequeña cantidad de ciclopseudohipericina.
- Derivados del floroglucinol, especialmente hiperforina y adhiperforina.
- Flavonoides, especialmente heterósidos de quercetina (hiperóxido, quercitrina, isoquercitrina y rutóxido, junto con quercetina libre). También contiene biflavonoides.

Aparte de estos grupos, se han descrito que las xantonas podrían también intervenir en la actividad. Sin embargo, se encuentran en cantidades insignificantes.

INDICACIONES DEL HIPÉRICO

En uso interno, la indicación principal de los extractos de hipérico es el tratamiento de la depresión leve o moderada, que produce una mejoría significativa en los síntomas principales (humor depresivo, falta de interés y actividad), así como en los síntomas asociados (manifestaciones somáticas, concentración, sueño...).

En uso tópico se utiliza popularmente para el tratamiento de las heridas, llagas, quemaduras y eccemas.

Los estudios clínicos se han llevado a cabo fundamentalmente con extractos hidroalcohólicos (etanol al 60% y metanol al 80%) para las siguientes indicaciones: episodios de depresión leve a moderada, de acuerdo con las categorías F32.0, F32.1, F33.0, F33.1, de la CIE-10. Se han realizado 31 estudios clínicos a doble ciego y dos estudios abiertos en los que han participado más de 3.900 pacientes. Además, se han efectuado estudios observacionales de más de 10.000 casos, así como tres metaanálisis y seis revisiones sistemáticas con diferentes criterios de selección que confirman la eficacia de ciertos extractos de hipérico para el tratamiento de la depresión leve o moderada. La actividad de los extractos fue comparada, en algunos ensayos, con placebo y con diferentes antidepresivos (amitriptilina, imipramina, maprotilina, fluoxetina), y en dos estudios simultáneamente frente a placebo e imipramina o placebo y sertralina.

EFECTOS ADVERSOS Y PRECAUCIONES DE USO

La hipericina, uno de los principios activos del hipérico, es fotosensibilizante, por lo que la toma de hipérico puede desencadenar fenómenos de fotosensibilidad (erupción eritematosa con prurito 24 horas después de la exposición a la radiación ultravioleta, cuyo tratamiento es evitar la exposición al sol), en personas predispuestas, que cesan al abandonar el tratamiento; por ello, los pacientes fotosensibles deben evitar la exposición al sol mientras toman hipérico. En personas sanas, el efecto fototóxico sólo se ha manifestado por sobredosificación (una dosis única de 3.600 mg o dosis repetidas de 1.800 mg/día durante 15 días de extracto hidrometanólico seco de hipérico con un contenido de 11,25 mg de hipericinas totales).

A las dosis terapéuticas (hasta el equivalente a 6 g de droga/día), se han observado, puntualmente, náuseas, fatiga, insomnio, cefaleas, molestias gastrointestinales leves o reacciones alérgicas.

Se ha descrito la aparición de dos casos de episodios maníacos en pacientes con trastorno bipolar latente.

El uso de hipérico está contraindicado después de trasplantes de órganos y a pacientes HIV-seropositivos tratados con inhibidores de la proteasa-1.

No se deberían administrar simultáneamente preparados de hipérico con otros antidepresivos (especialmente con ISRS), ya que la toma de ambos produce síndrome serotoninérgico.

Se ha observado una reducción en los niveles plasmáticos de algunos fármacos, comprometiendo su eficacia, como ciclosporina, indinavir (y posiblemente de otros antirretrovirales inhibidores de la proteasa y transcriptasa), teofilina, digoxina y anticoagulantes (fenprocumón y warfarina). Eso es debido a que algunos componentes del hypericum perforatum pueden estimular el metabolismo de los fármacos mencionados, entre otros, por inducción de diferentes subtipos de las insoenzimas del citocromo P450, y también por un aumento de la expresión de la glicoproteína P transportadora de fármacos.

Por todo lo mencionado, podríamos considerar al hipérico como una primera opción antes de recurrir a la prescripción de antidepresivos de uso convencional.

Salvador Talon
Miembro profesional de aentoc

Carta de la Presidenta aentoc


Estimados compañeros y compañeras,

Hemos celebrado, en Madrid el 28 de mayo, el 9º Congreso y Asamblea de Socios/as de AENTOC, en la que y según los Estatutos debíamos elegir una nueva Junta Directiva.




La elección de la nueva Junta Directiva se realizó por unanimidad de los socios asistentes, y está formada por:

 Roser Soler : Presidente
 Rafael Román: Vicepresidente/Secretario
 Javier Larrayoz: Tesorero
 Antonio Nadal: Director de Comunicación e Imagen

También como reconocimiento a la importante labor desempeñada desde la fundación de AENTOC hasta nuestros días, se nombró Presidente Honorifico a Felipe Hernández Ramos.

El lema de la nueva Junta Directiva es: Comunicación/Participación.
Nuestra aspiración es que AENTOC sea líder y primer referente en España de los/as Nutricionistas Ortomoleculares.

Todos nuestros esfuerzos están dirigidos a conseguir este objetivo, y para ello queremos convencer a otros profesionales de la salud a que se hagan socios/as.

Así pues, animo a todos los socios/as a que divulguéis la existencia de AENTOC a potenciales socios.
También quiero animaros a utilizar el Blog de AENTOC y la pagina web: www.aentoc.es, ya que son muy buenas herramientas de dialogo y participación.

Nosotros, la nueva Junta Directiva queremos impregnaros de nuestro espíritu:
¡Ilusión y compromiso!!

Roser Soler
Presidenta de AENTOC

Metales pesados en los pescados y hortalizas




Los Nutricionistas Ortomoleculares nos preguntábamos desde hace muchos años si son los agentes xenobioticos los causantes de la fibromialgia y aquellos desordenes relativamente nuevos (sensibilidad química, hiperactividad, e incluso el cáncer). La sensibilidad a productos químicos diarios parece indicar que sí y es que estamos expuestos todos los días a numerosos agentes nocivos externos; químicos de las gasolineras, pesticidas, disolventes, pegamentos, fibra de vidrio, agentes limpiadores de la casa, formaldehidos y otros agentes como la contaminación del pescado y las verduras, que comprometen la salud hepática y una actividad enzimática normal, siendo el factor hepático una clave en la mejoría en muchos de estos trastornos. Es importante no sembrar la alarma en el consumidor. Pero quizás lo más importante es atajar el exceso de sustancias quimicas en nuestra alimentación diaria, con la e excusa de que a dosis bajas "no hay problema".
¿Llegara el día que seremos escuchados?, el rumbo que a tomado la sociedad no es desde luego el más indicado para la salud humana, si empezamos a reconocer este punto, el retorno aun es posible, la salud es posible.
Rafael Román. Vicepresidente de la asociación española de nutricionistas y terapeutas ortomoleculares aentoc



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NOTICIA DE LA AESAN
La ministra de Sanidad, Leire Pajín, ha lanzado este jueves un mensaje de tranquilidad a los consumidores, asegurando que pueden comer "con todas las garantías" tanto pescado azul, como crustáceos u hortalizas de hoja verde, como las acelgas y las espinacas, pues sus beneficios están "fuera de toda duda" y no existe ninguna prohibición o alerta sobre ellos. Además, niega que haya "motivos para la alarma" por el hecho de que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), recomiende ahora reducir el consumo de estos alimentos en menores y embarazadas. Reconoce que los niveles de metales presentes en algunos alimentos son "una preocupación constante" frente a la que Sanidad está "en constante alerta". Sin embargo, puntualiza que los ciudadanos pueden "consumir todos estos alimentos con plenas garantías", ya que la recomendación de la AESAN es "sólo una recomendación para que determinadas poblaciones --como son niños y embarazadas-- sean más cuidadosos en su alimentación y eviten riesgos". LOS RIESGOS DEL PESCADO AZUL GRANDE En concreto, la AESAN recomienda que las mujeres en edad fértil, las embarazadas y las que están en período de lactancia eviten el consumo de pescados azules grandes como el pez espada, el tiburón, el atún rojo y el lucio. También deberían dejar de comerlo los niños menores de tres años y limitar su consumo a 50 gramos por semana los niños con edades entre los 3 y los 12 años. Según ha precisado el director de la AESAN, Roberto Sabrido, el motivo es que el mercurio se acumula en la grasa de estos pescados y las especies más grandes tienen, por lo tanto, más grasa y pueden acumular más cantidad de este metal, que podría afectar a "los consumidores con organismos más sensibles", como niños y embarazadas. Estos dos colectivos pueden, en cambio, comer sardinas, anchoas o caballa con toda tranquilidad, pues al ser pescados azules más pequeños contendrían menos mercurio. "En estas edades, por ejemplo, se podrían consumir 100 gramos de atún en lata a la semana", acota. "Para los demás consumidores se sigue aconsejando comer pescado azul y lo recomendable es toar entre tres y cuatro raciones a la semana, alternando su consumo con el de pescado blanco", añade. EL RIESGO DE LAS CABEZAS DE LAS GAMBAS Otra de las recomendaciones de la AESAN es limitar el consumo de la carne de la cabeza de los crustáceos --gambas, cigalas o carabineros, entre otros-- con el objetivo de reducir la exposición de los consumidores cadmio, un metal que puede causar disfunción renal y que se acumula, precisamente, en la cabeza de estos animales. El tercer consejo de Sanidad es el de no incluir, por precaución, ni espinacas ni acelgas en los purés de los niños menores de un año y , en el caso de incluir estas verduras antes del año, procurar que la presencia de estas verduras sea menos del 20 por ciento del puré. Asimismo, la AESAN recomienda no dar más de una ración de espinacas o acelgas al día a niños entre 1 y 3 años y no dar espinacas o acelgas a niños que presenten infecciones bacterianas gastrointestinales. Además, apuesta por que los consumidores no mantengan a temperatura ambiente las verduras cocinadas. El objetivo sería, según Sabrido, reducir los niveles de nitrato en esta población, ya que su exceso en el organismo puede provocar la aparición de una enfermedad denominada denominado metahemoglobinemia o síndrome del bebé azul. "A partir de los tres años, tanto las acelgas como las espinacas se pueden consumir con toda normalidad", concluye.

Fuente: Europa Press